Las rabietas infantiles son muy comunes, y a menudo repetitivas: a la hora de comer, de hacer los deberes, de vestirle, de irse a dormir… y por más que intentemos pararlas y que nuestros intentos sean en vano, más nos agobiamos y no sabemos que hacer.
Lo último que debemos hacer es perder los nervios, ya que podemos transmitir ese nerviosismo al niño. Lo que debemos hacer es entenderlo e interpretar esa rebeldía como una formación de su personalidad, porque la etapa de la personalidad se desarrolla alrededor de los dos años. Y realmente deberíamos preocuparnos si no mostrara ningún signo de rebeldía, ya que eso podría indicar que el niño se siente reprimido.
Es muy complicado para los padres y educadores hacer frente a estas rabietas. Entonces, ¿qué debemos hacer? No debemos dejar al niño que actúe a su antojo, ya que podría pensar que puede hacer lo que le venga en gana. Pero tampoco debemos reprimir de una manera tajante sus rabietas. Entonces, lo que deberíamos hacer es respetar al niño, sin dejar de ejercer la autoridad, ya que un niño respetado, respeta al igual que un niño que se siente querido, es cariñoso.
Cuando no sepamos que hacer nos debemos formular esta pregunta: ¿cómo nos gustaría que nos trataran a nosotros en ese mismo caso?
Visto en guiainfantil