Normalmente, en torno al primer año de vida, los bebés pronuncian sus primeras palabras. Esto ocurre cuando el niño está aprendiendo las bases de la comunicación humana y ensayando sus cuerdas vocales con gritos o monosílabos como «uh», «ah»… Se está preparando para hablar.
Por lo tanto, la comunicación anterior al primer año se basa en la comunicación gestual, la imitación, etc. Luego, poco a poco, empiezan la formación de las primeras sílabas reconocibles como «ma», «pa», «ca»… En esta etapa, el habla del bebé es muy limitada y se reduce a objetos concretos. A partir, del año y medio, empiezan a adquirir un mayor vocabulario y empiezan a formar frases. En esta fase es muy importante ayudarle para que aprenda la relación de las palabras y las pronuncie correctamente.
Al principio, los verbos seran usados solos y generalmente en participio pasivo, y las frases apenas de dos palabras, pero poco a poco empezará a conjugar los verbos e incorporarlos a las frases.
Este proceso es natural, pero también se puede hacer una estimulación temprana hablándole desde su nacimiento, o leyéndole cuentos y cantándole canciones. Aunque el niño no entienda lo que decimos, es una buena herramienta para que empiece a relacionarse con las palabras y su pronunciación.
Finalmente, tenemos que tener en cuenta que el oído de los niños tiene gran importancia a la hora de que aprendan a hablar, ya que reproducirán las palabras tal como las escuchen. De esta manera, si se produce alguna pérdida parcial del oído (debido, por ejemplo a otitis mal curadas), puede repercutir en el desarrollo lingüístico del niño y, en tal caso, abrá que acudir a un especialista.
Visto en Bebes angelitos