Alrededor de los dos años, el apetito de los niños suele disminuir en relación a lo que comían cuando eran bebés, ésto es normal ya que los bebes tienen más velocidad de crecimiento, por eso comen más que un niño mayor.
Por eso, a los dos años pueden bajar de peso y dejar de verse tan “gorditos” como cuando eran bebés, pero no hay que alarmarse y sobrealimentarlo podría desencadenar problemas de obesidad.
Pero si nuestro hijo no quiere comer, podemos usar estas técnicas:
– Preparar platos coloridos y vistosos.
– No nos tenemos que enfadar y ni presionar, porque el niño se puede poner nervioso.
– Dejar que el niño te ayude hacer la comida, así se entretendrá, se divertirá y tendrá un lazo con los alimentos.
– No darle juguetes mientas come, ni poner la televisión, ya que podría distraerse y no comer.
– Debemos sentarnos toda la familia a comer con nuestro hijo, ya que los niños aprenden por imitación, pero debemos dejar que el niño aprenda a comer solo.
– Debemos fomentar su actividad física, eso hará que tenga más hambre.